Zea Mays, comúnmente llamada
maíz,
choclo,
millo o
elote, es una
planta gramínea anual originaria de
América introducida en
Europa en el
siglo XVII. Actualmente, es el
cereal con mayor volumen de producción en el mundo, superando al
trigo y al
arroz.
Zea mays es una planta monoica; sus inflorescencias
masculinas y femeninas se encuentran en la misma planta. Si bien la
planta es anual, su rápido crecimiento le permite alcanzar hasta los 2,5
m de altura, con un tallo erguido, rígido y sólido; algunas variedades silvestres alcanzan los 7 m de altura.
El tallo está compuesto a su vez por tres capas: una epidermis exterior, impermeable y transparente, una pared por donde circulan las sustancias alimenticias y una médula de tejido esponjoso y blanco donde almacena reservas alimenticias, en especial azúcares.
Las hojas toman una forma alargada íntimamente arrollada al tallo, del cual nacen las espigas o mazorcas. Cada mazorca consiste en un tronco u olote que está cubierta por filas de granos, la parte comestible de la planta, cuyo número puede variar entre ocho y treinta.
Es una
planta de noches largas y florece con un cierto número de
días grados > 10 °C (50 °F) en el ambiente al cual se adaptó.
Esa magnitud de la influencia de las noches largas hace que el número de días que deben pasar antes que
florezca está genéticamente prescripto y regulado por el sistema-
fitocromo.
La
fotoperiodicidad puede ser excéntrica en
cultivares tropicales,
mientras que los días largos (noches cortas) propios de altas latitudes
permiten a las plantas crecer tanto en altura que no tienen suficiente
tiempo para producir semillas antes de ser aniquiladas por
heladas. Esos atributos, sin embargo, pueden ser muy útiles paran usar maíces tropicales en
biofueles.
Planta monoica, absolutamente capaz de reproducirse por sí sola, al poseer flores masculinas y femeninas en el mismo pie.
En apariencia el grueso recubrimiento de brácteas de su mazorca, la
forma en que los granos se encuentran dispuestos y están sólidamente
sujetos, impedirían que la planta pueda hacer germinar sus granos. Su
simbiosis con la especie humana aparentaría ser total, a tal punto que
algunos investigadores lo llaman un "artefacto cultural", aunque estos
son conceptos mágicos, alejados de la realidad. Cuando una espiga cae al
suelo, las brácteas son consumidas por hongos, y no lo son sus
cariopses que logran germinar, generándose una competencia fortísima,
que hará solo sobrevivir a unos pocos de cada espiga. Cualquier sujeto
rural lo ha experimentado, por lo que se trata por todos los medios de
no dejar espigas sin cosechar, para que no se autogenere el maíz
"guacho".
Existen maíces en estado silvestre, y su negación es otra de las
afirmaciones mágicas, sin contraste científico, de que el maíz se
resiembra sin la intervención humana.
Las plantas caídas y con sus espigas en contacto con la tierra, y
condiciones de humedad, aseguran la perpetuación de esta especie anual.
Por su gran masa de raíces superficiales, es susceptible a la
sequías, intolerancia a suelos deficientes en nutrientes, y a caídas por severos vientos.